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Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)

DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA   Dom Antoíne-Joseph Pern...

Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
28 agosto 2013

La nueva luz química de El Cosmopolita (notas de extractos seleccionados por L. Cattiaux)
Notas comparativas
Por medio de la primera putrefacción, la Naturaleza hace y produce cosas puras, pero por la segunda putrefacción produce cosas aún más puras, más dignas y más nobles. Habiendo elegido ya la Materia de la Piedra, conoces además la manera segura de obrar, y sabes con la ayuda de qué método se hace que aparezcan los diversos colores al cocer la Piedra. Un filósofo ha dicho: "Tantos colores como nombres. Para cada nuevo color que aparece en la Obra, los Alquimistas han inventado un nombre diferente. Así, a la primera operación de nuestra Piedra, se le ha dado el nombre de putrefacción, porque nuestra Piedra es entonces negra. Cuando hayas encontrado la negrura, dice otro filósofo, sabe que en esa negrura se oculta la blancura, y es preciso que la extraigas". Después de la putrefacción, la piedra enrojece y acerca de ello se ha dicho: "Con frecuencia la piedra enrojece, amarillea y se licua, coagulándose después, antes de la verdadera blancura. Se disuelve, se putrifica, se coagula, se mortifica, se vivifica, se ennegrece, se blanquea, se adorna de rojo y de blanco, y todo esto por sí misma."
Espejo de Alquimia, Roger Bacon

5. La mortificación del cuerpo debe preparar la purificación del espíritu y la regeneración del alma.
5'. Quien se aparta del misterio de la muerte no conocerá jamás el poder y la gloria de Dios.
El Mensaje Reencontrado VIII
Que te sea suficiente respecto a todo lo que hemos dicho, que el elemento del agua es el esperma y el menstruo del mundo y el receptáculo verdadero de la simiente. Es así como la imagen del Sol indica la fuerza activa de nuestro sujeto, la de la Luna indica su fuerza pasiva, y Mercurio el receptáculo del uno y la otra.
Arcana ArcanissimaMichael Maier

26. Ciertamente, la verdadera sabiduría, el conocimiento último, aísla al hombre de sus semejantes más que cualquier crimen, cualquier lepra o cualquier muerte.
La unión con Dios es la verdadera recompensa del perfecto.
26'. El hueso está oculto en la carne, la almendra se encuentra bajo la madera y el germen reposa en el agua nutricia.
«¿Quién separará la luz de las tinieblas?
Y ¿quién manifestará el fuego oculto del Señor?
¿Quién transformará la leche virginal en la consistencia corpórea del Hijo recién nacido?»
El Mensaje Reencontrado I
Si han tenido esta ciencia en gran estima, y la han buscado con tanto cuidado, no ha sido por el deseo de poseer oro ni plata, sino que han estado movidos por los dos motivos que hemos apuntado: es decir, para tener un amplio conocimiento, no solamente de todas las cosas naturales, sino también de la potencia de su Creador; y si, después de haber alcanzado su fin deseado, no han hablado de esta ciencia sino por medio de figuras, y aún muy poco, es porque no han querido aclarar a los ignorantes los misterios divinos, que nos conducen al perfecto conocimiento de las acciones de la Naturaleza. Así, si puedes conocerte a tí mismo, no teniendo el entendimiento demasiado grosero, comprenderás fácilmente cómo estás hecho a semejanza del gran mundo, e incluso a imagen de tu Dios. Tienes en tu cuerpo la anatomía de todo el Universo. No sería superfluo decir algo aquí de la naturaleza y de la constitución del hombre, para aclarar todavía más lo que se ha dicho anteriormente. Así como el gran mundo está formado de tres partes —la elemental, la celeste y la espiritual— por encima de las cuales reside Dios en la luz infinita e inasequible que procede de su propia naturaleza, también el hombre tiene en él sus partes elementales y terrestres, junto con las naturalezas celestes y angélicas en cuyo centro se mueve y resplandece el Espíritu Divino.
Antroposofía Teomágica, Eugenio Filaleteo

46. La parte es la imagen del todo y el hombre es como el Universo, no obstante, uno está medio velado mientras que el otro lo está por completo.
El Mensaje Reencontrado VII
Deja pues los elementos, puesto que no harás ni sabrías producir nada de ellos excepto estos tres Principios, puesto que de ellos, la misma Naturaleza no puede producir otra cosa. Y si de estos cuatro elementos sólo puedes producir los tres Principios, ¿por qué te distraes en una labor tan vana como es la de buscar o querer hacer aquello que la Naturaleza ya ha engendrado!
Así pues, que te baste con tener los tres Principios, de los que la Naturaleza produce todas las cosas en la tierra y sobre la tierra, los cuales también encontrarás enteramente en todas las cosas. Por su debida separación y conjunción la Naturaleza produce en el reino mineral los metales y las piedras.
El cuerpo es la tierra, el espíritu es el agua, el alma es el fuego, o el azufre del oro.
El espíritu infinitamente más sutil, tiene el medio entre el alma y el cuerpo, y sirve como de ligadura para unirlos, porque sólo se pueden reunir dos extremos por un medio.
Las fábulas egipcias y griegas,
Dom Antoíne-Joseph Pernety

88. Conocer los tres fundamentos hereditarios del hombre es poseer la ciencia.
El alma que viene de Dios, el espíritu que viene de los astros, el cuerpo que viene de la tierra.
El Mensaje Reencontrado II
No obstante, os diría que si conocéis a su madre y la seguís después de haber liberado el azufre, al instante se hará la piedra.
Ten por cierto que este azufre está dotado de una gran virtud; su mina son todas las cosas del mundo, ya que se encuentra en los metales, en las hierbas, en los árboles, los animales, las piedras, las minas, etc...
Te he dicho que sus guardianes lo han puesto en prisiones muy oscuras a fin de que no lo puedas ver, ya que está en un sólo sujeto.
Pero ¿donde está ese Mercurio aurífico que, resolviéndose en Sal y en Azufre se torna humedad radical de los metales y su simiente animada? Está aprisionado en una tan fuerte prisión que ni la misma Naturaleza puede extraerlo si el industrioso arte no le facilita los medios.

83'. Si nuestra suerte parece demasiado mala, consagrémosla a Dios que la volverá excelente, pues el Sabio sabe liberar y madurar nuestra luz enterrada en la muerte.
El Mensaje Reencontrado III
Toda la verdad filosófica consiste pues en la raíz que hemos mencionado y cualquiera que conoce bien este principio, a saber, que todo lo que está arriba se gobierna en su totalidad como lo que está abajo; así, al contrario, éste también sabe el uso y la operación de la llave Filosófica, la cual, por su amargura póntica, calcina y reduce a su primera materia todas las cosas, aunque por esta reducción de los cuerpos perfectos, solamente se encontrará el mismo esperma, que se puede hallar ya totalmente preparado por la Naturaleza, sin la necesidad de reducir el cuerpo compacto, sino más bien este esperma, blando e inmaduro, tal como nos lo da la Naturaleza, el cual podrá ser llevado a su madurez. Todo el procedimiento filosófico consiste en la disolución del cuerpo y la coagulación del espíritu, y todo se hace mediante una misma operación. El fijo y el volátil se mezclan íntimamente, pero esto no puede hacerse si el fijo no es previamente volatilizado. El uno y el otro se abrazan al fin, y mediante la reducción se vuelven absolutamente fijos. Los principios operativos, que se llaman también las llaves de la obra, o el régimen, son, pues, en número de cuatro: el primero es la solución o liquefacción; el segundo la ablución; el tercero la reducción; y el cuarto la fijación.
Las fábulas egipcias y griegas,
Dom Antoíne-Joseph Pernety

37. El artista es un perpetuo recién nacido que se asombra de la creación aparente.
El sabio es un perpetuo curioso que busca el resorte de la creación presente.
El santo es un perpetuo agonizante que espera el reposo en la creación oculta.
El Sabio es un perpetuo viviente que se activa y que reposa con el Perfecto en el seno de la creación depurada.
«En el semen del hombre está oculto un germen que consolida la sustancia de la mujer. Así, la conciencia de Dios es como un punto que coagula el Universo y que le da la forma».
El Mensaje Reencontrado XVI
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