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El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
02 septiembre 2013

El Mensaje Reencontrado

VUE TRI NÉE — LA CREACIÓN

(extractos)

El mundo presente es como una mezcla íntima de luz y tiniebla.
El que libere su vida será liberado por ella.

El retorno a Dios es como la separación de entre las tinieblas y como la reunión con la luz primordial.
La gracia libera sin esfuerzo aquello que, a la larga, no podría mermar la mayor violencia.

Todo conocimiento no experimentado es nulo porque no tiene efecto.

La belleza del genio, la pureza de la gracia y la santidad del amor hacen rabiar a los mediocres hasta la muerte.

La felicidad es tenerlo todo y no poseer nada; no estar apegado a nada, ni siquiera a uno mismo; es hacerlo todo y soportarlo todo por el amor del Único.

La paz del corazón y del espíritu se obtiene ofreciendo a Dios todo lo que nos colma y todo lo que nos vacía.
No ganaremos ni tierra ni cielo aplastando a otros hombres, sino que ciertamente cosecharemos la maldición de Dios.

La creación de los universos es como la experimentación de una parte de Dios por sí mismo.

Para alcanzar la vida esencial primero tendremos que volvernos ausentes como muertos.

El reposo alterna con el movimiento en la obra de Dios. El que une ambos en uno ya no se apasiona por el mundo transitorio.
La gracia lo libera todo sin forzar ni destruir nada, ella es lo que necesitamos al principio.

El agua santa libera, depura, eleva y bendice.
La tierra de Dios nutre, une, fija y consagra.
Ambas trabajan bajo la dirección del fuego primero y último.

La gracia de Dios nos embeberá de nuevo y nos volveremos como barro antes de ser rehechos como oro.

La mentira, la cobardía, la traición y el odio son las marcas específicas de la debilidad de los hombres vulgares.
El verdadero amor y el conocimiento último lo soportan todo, lo perdonan todo, lo conceden todo.

¡Que las palabras del Libro nunca sean una condena para los creyentes, sino que aumenten aún más, si es posible, la gloria de Dios, volviéndoles hijos de la gran agua!

Una sola palabra y un solo hecho pueden encaminar en la vía de la reconciliación y de la liberación al hombre más enterrado.
«Nunca queramos tener razón frente a nadie, comuniquemos solamente la verdad a quienes la aman».

Ejercitémonos desde ahora a abandonarlo todo y a volvernos hacia Dios, antes de que todo nos abandone y se vuelva contra nosotros.

La naturaleza proporciona el alimento y es el fuego interior quien lo digiere y lo transmuta. Quien pretende hacerlo mejor no es más que un presuntuoso ignorante.
El hombre se convierte en su propio instructor, su propio juez y su propio salvador cuando penetra hasta el centro secreto de su corazón.

La miseria y la riqueza se oponen por igual a la búsqueda de Dios y a la paz del alma.
Hay varias vías que conducen a la santidad; pero sólo una conduce a la sabiduría.

En todo lo que emprende, el Sabio sólo cuenta con Dios y consigo mismo.

La mejor venganza es rogar a Dios para que enseñe a nuestros enemigos como a nosotros mismos.

Nadie nos pide liberar la gracia.
Nadie nos implora perfeccionar el amor.
Nadie nos requiere desvelar la unión.
Nadie nos conmina a manifestar al Único.
Si hacemos alguna de estas cosas, que sea gratuitamente y por nuestra cuenta y riesgo, por el amor de los creyentes.
El origen de la vida y de la muerte debe ser mantenido secreto, a fin de que la majestad divina no pueda ser profanada por el primero que venga, como ya se produjo una vez en Adán.
«¡Oh, dolor bienhechor del exilio!»
«¡Oh, virtud multiplicadora del sol!»
«¡Oh, sublime realización de la inocencia que sabe!»

Muchos se beneficiarán de la luz del Señor en el gran día de la reunión, y los santos habitarán su sol en el día de la realización. Pero sólo habrá algunos Sabios que conocerán el origen secreto del todo y de la nada.
El espíritu está oculto en el cuerpo, y el alma se manifiesta por la separación y por la unión de ambos en la eternidad del Único.

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