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Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)

DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA   Dom Antoíne-Joseph Pern...

Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
12 abril 2013

Arcana arcanissima, Michael Maier (extractos) Notas comparativas
En efecto, en un solo sujeto se encuentra una fuerza doble: agente y paciente, macho y hembra, con la cual se pone Aquiles para hacerse matar por Paris durante una emboscada organizada en el templo de Apolo Trimbreo.
Así actúa este personaje, el más valeroso de los griegos, muerto por un holgazán amante de mujeres troyanas. Pero esto debe suceder así, pues nuestro fuego debe terminar por hacerse extinguir por su agua, y es el agua quien tiene el poder de actuar primero, es decir, en la disolución.
Es necesario que entonces Aquiles muera, pero después, cuando el color se convierte en uno excelente toda la ciudad de Troya es poseída gracias al arte y la ciencia de Palas. Es destruida y reducida a cenizas, pero son unas cenizas muy preciosas y no despreciables pues es de ellas que nace y revive el fénix inmortal.
Este cuerpo se llama Rebis o Bina Res. Sin embargo, es una única cosa individual que por sí misma y sin adición de ninguna otra se altera y se pudre, se disuelve y se congela, lo cual proviene de la diversidad de esa doble sustancia de misma raíz, la cual engendra dichos efectos en sí misma por la contrariedad de estas dos substancias, pues donde hay contrariedad de cualidad no se puede producir ninguna alteración.
Manuscrito Hel’ouia, La Puerta nº 52

¡Oh, cenizas humildes de la mortificación!
¡Oh, agua viva de la bendición!
¡Oh, pura sal del bautismo!
¡Oh, santo aceite de la resurrección!
El Mensaje Reencontrado XX: 43"
En efecto, en nuestra obra hay dos cosas: el agente y el paciente. Entre ellos se produce una continua guerra hasta el momento en que uno subyuga al otro y hasta que los griegos con la roja cabellera dominan a los troyanos. Finalmente, hay entre el rojo y el blanco un cierto color ceniciento, del cual se ha dicho: "Después de la blancura, ya no puedes engañarte, porque aumentando el fuego llegarás a un color grisáceo". "No desprecies la ceniza, dice un Filósofo, porque con la ayuda de Dios, se licuará." Por fin, aparece el Rey, coronado con la diadema roja, si Dios lo permite.
Espejo de alquimia, Roger Bacon

Paloma de rojas entrañas.
Fuego transformante.
El Mensaje Reencontrado,
Letanías de la Madre y del Hijo (49)
Las condiciones referidas hasta aquí podrían ser excusadas por alguna razón: Aquiles en razón de su singular fuerza, el paladium, por la opinión que se tiene de su santidad. He aquí lo que podía ser exigido a los griegos antes de poder derribar Troya.
Pero que un hueso de ser humano anteriormente muerto aporte alguna cosa en este sentido sobrepasa la naturaleza y el entendimiento del espíritu humano. ¿Qué es lo que un hueso de cadáver podría realizar allí donde tantos hombres, por miles, habían llevado a cabo con un poco o mucha suerte?
¡Oh, santa naturaleza, que sola realizas lo que es en el fondo imposible a todos los hombres!

Saber es comprender que la cosa más pequeña creada por Dios vale más que todas las obras humanas reunidas.
El Mensaje Reencontrado III: 86
Por lo demás, Pélope era hijo de este famoso Tántalo al que se creía torturado en los infiernos tanto por el temor a una roca suspendida encima de él como por la imposibilidad de alimentarse, todo ello porque había sido impuro e ingrato.
Siguiendo el parecer de todos los filósofos, decimos que la verdadera disolución es la llave de todo este Arte; que hay tres clases de disoluciones: la primera es la disolución del cuerpo crudo; la segunda de la tierra filosófica; y la tercera es la que se hace en la multiplicación.
Extractos del Cosmopolita o La nueva luz química
seleccionados por Louis Cattiaux


Roguemos a Dios a fin de que abra nuestros ojos y roguémosle a fin de que destape nuestros oídos.
Pero roguémosle sobre todo para que desligue nuestros corazones de la mugre de la muerte y los ligue en su luz de vida.
El Mensaje Reencontrado XXXVI: 44-44'
La cuarta cosa requerida también proviene de allí. Se trata de la ceniza de Laomedón que era preciso arrebatar de la puerta Escea. En efecto, la ceniza se hace del hueso, dicen los autores, y como esto surge de la experiencia, el hueso y la ceniza son dos substancias necesarias en la obra filosófica.
Así mismo los filósofos le han dado otros nombres además del de ceniza, tomemos a Morien, que dice: No despreciéis las cenizas, pues allí está oculta la diadema de nuestro rey.
Las fábulas egipcias y griegas,
Dom Antoìne Joseph Pernety

Sí, un pequeño resto será triado, como se recogen por la noche las brasas todavía vivas de un montón de cenizas muertas, y éstos serán nutridos por el sol de Dios e iluminarán el cielo para siempre.
En cuanto a las cenizas, servirán de abono para nutrir la viña donde se abrevarán los elegidos de Dios.
El Mensaje Reencontrado XXVIII: 11'
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