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Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
23 febrero 2011

Hermes Trismegisto

(extractos)

Hijo mío, toma el volátil, sumérgelo hasta que se eleve y sepáralo de su herrumbre, que lo mata. Quítala y apártala de él con objeto de que se transforme en viviente, según es tu deseo. Después de esto ya no deberá elevarse en el vaso, sino que deberá retener y fijar visiblemente todo cuanto haya de volátil. Pues, si lo apartas de una segunda aflicción, después de retirarlo de la primera y si durante los días, de los que ya sabes el número, lo gobiernas con destreza será para ti una compañía como la que necesitas, y separándolo, serás su dueño y él te servirá de adorno.

Pero vuelvo a lo que concierne en particular a ti y a todos los que estais en las mismas disposiciones. Si tal es la puerta, ¿el que la ha encontrado debe quedarse fuera para siempre o estar en la entrada, sin jamás penetrar más adelante? Yo te contesto que bueno es el quedarse así hasta que se haya, por lo menos en gran parte, desembarazado de la herrumbre que viene de la carne y que tenga la aprobación de su director y la de su conciencia. Pero sobretodo debe esperar el ser llamado por la inspiración interior del Espíritu de Dios. Esta inspiración la confirmará, más rápida y más seguramente que cualquier otro signo, si es atraído al interior por una obra más particular de gracia.

    Epístola de la dirección íntima, Anónimo

La Madre lava nuestras escorias y el Padre se alía a nuestra pureza, pues su gloria es llameante y pura como la del sol. Así, debemos consumir en nosotros todo pecado y lavar toda mancha, a fin de que pueda habitarnos y resucitarnos en su esplendor celeste.

    El Mensaje Reencontrado


Hijo mío, ten por seguro que el agua está encerrada, primeramente en el aire, y después en la tierra, por eso la has de hacer subir hacia lo alto a través de sus conductos y transformarla con discreción; seguidamente la has de unir a su primer espíritu rojo, que previamente ha sido recogido.
En primer lugar considera que la Naturaleza no destila más allá del cuerpo, como hacen los químicos, hacia otro recipiente. Extrae el agua de la tierra hacia arriba y a la misma tierra la devuelve, y así ocurre que genera por imbibiciones circulares y razonables. En segundo lugar debes observar que prepara su humedad antes de imbibir el cuerpo a continuación, y esto por medio de una muy admirable preparación.
Vemos que rarifica su agua en nubes y, por este medio, tortura, tensa y estira el cuerpo con lo que todas sus partes están expuestas a un penetrante y espiritual purgatorio de viento y fuego.

    Aula Lucis, Eugenio Filaleteo

Los espíritus suben y bajan para lavar la tierra de sus manchas, a fin de que Dios pueda venir a habitarla de nuevo.

    El Mensaje Reencontrado

El hijo ha preguntado a Hermes: los azufres que convienen a nuestra obra, ¿son celestes o terrestres? y Hermes ha respondido: los hay celestes y los hay terrestres.
Todos los misterios están contenidos en el sudor de la tierra y en el rocío del cielo.
El pájaro divino anida en el polvo de la tierra de los hombres.

    El Mensaje Reencontrado

También hemos de mortificar en parte la naturaleza o principios que están en esta piedra; conservar el agua y el fuego que están en ella y que están compuestos de los cuatro elementos y retener o fijar sus aguas por su agua, que no es, sin embargo, agua en cuanto a su forma exterior o aparente, sino un fuego que asciende sobre las aguas conteniéndolas en un vaso que ha de estar entero y sin fisura, para que los espíritus no se escapen y no salgan de los cuerpos. Si son retenidos así, se tornan fijos y tingentes.
En su banda lleva escrito: Christe precor esto pius (Cristo, sé suave para mí), como si dijera: “Señor, sé suave y no permitas que aquel que llegue hasta aquí, estropee todo con un exceso de fuego”. Es bien cierto que de ahora en adelante no temeré a los enemigos, y que todo fuego será igual para mí. Sin embargo, el vaso que me contiene es frágil; y si se aumentara mucho el fuego, se rompería y al estallar me llevaría y me sembraría malamente entre las cenizas. Vigila pues tu fuego en ese momento, gobernando y rigiendo con paciencia esta quintaesencia admirable, pues hay que aumentar su fuego, pero no demasiado. Ruega de la Bondad soberana que no permita que los malos espíritus que guardan las minas y los tesoros, destruyan tu operación o fascinen tu vista. Cuando consideres los incomprensibles movimientos de esta quintaesencia, en tu vaso.

    El Libro de las figuras jeroglíficas, Nicolás Flamel

¡Oh, bendita forma o apariencia del agua Póntica que disuelve los elementos! [...] Pues, cuando por potencia y virtud del agua, se disuelva el compuesto, tendremos entonces la llave o el medio asegurado de restablecerlo y rehacerlo. Entonces la muerte y la negrura los abandonan y la Sabiduría, es decir, la obra de la Sabiduría, empieza a aparecer. Quiero decir que el Artista conocerá con ello que ha conducido bien y sabiamente su operación, y que está en la verdadera vía que han seguido los Filósofos.
En la Obra de Dios y en esta Luz tan ocultada de los antiguos se encuentra el Sello de los Sellos que abre y cierra el libro de Vida, en el que están escritos los nombres de los Elegidos y de los que aman a Dios y a su prójimo.

    Los Cinco Libros o La Llave del Secreto de los Secretos.