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Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)

DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA   Dom Antoíne-Joseph Pern...

Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
03 junio 2011
(extractos)

Y el hijo de Prithâ vio entonces ahí, en los dos ejércitos, a sus padres, abuelos, maestros, tíos maternos, hermanos, hijos y nietos, amigos, suegros y compañeros.

Felices los guerreros, oh hijo de Prithâ a quienes les toca un combate así; puerta del cielo, de par en par abierta, que de por sí sola ante  ellos se presenta.

¡Que tu afán sea por la acción, jamás por sus frutos!

No actúes pensando en los frutos de tu acción, no te apegues tampoco a la inacción.

Consagrándome a mí todas tus acciones, con tu mente interiorizada, no esperando nada, sin el sentimiento de «lo mío», combate, liberado de toda agitación.

Arjuna dijo:

¿Impulsado por qué comete el hombre el mal, incluso sin desearlo, oh Vârshneya, como obligado por la fuerza?

El Señor dijo:

Es el deseo, es la cólera, que tienen su origen en el guna rajas. Él [el deseo] es el gran devorador, el gran maligno: debes saber que él es en este mundo el enemigo.

Como el humo cubre al fuego, como la suciedad al espejo, como la membrana al embrión, así él cubre todo el mundo.

Al conocimiento lo cubre, oh Kaunteya, este eterno enemigo del sabio, que adopta la forma que le place y que es un fuego que jamás se sacia.

Se dice que los sentidos, la mente y el pensamiento son su sede; mediante ellos, ocultando el conocimiento, confunde al ser encarnado.

Por eso subyuga antes que nada tus sentidos, oh toro entre lo Bhâratas, aniquila sí a este maligno, que destruye el conocimiento y la conciencia.

Hay que retraer la conciencia de los sentidos y verterla en la armonía interior sentándose pues en meditación y con devoción, el alma encuentra descanso en Mí. Cuando los sentidos están en armonía, se obtiene serena sabiduría.

El apego surge del deleite en los placeres de los sentidos; del apego surge el deseo y del deseo, la lujuria y el ansia de posesión; y esto conduce a la pasión y a la ira.

La pasión turba a la mente y merma la memoria, haciéndonos olvidar nuestro deber. Esto acarrea la insensatez, y la insensatez lleva al hombre a la destrucción.

El alimento da vida a los seres, y éste proviene de la lluvia caída del cielo. El sacrificio atrae la lluvia del cielo; es una acción sagrada.

La acción sagrada, tal y como describen los Vedas, se ofrece a lo Eterno. Y lo Eterno es Brahmán, el que todo lo penetra; por lo cual, está siempre presente en todo sacrificio.

Éste es el ciclo de la Rueda de la Ley en continuo movimiento, y en vano vive el hombre que, malgastando su vida en placeres, no ayuda a este ciclo.

Conoce pues a Aquél que está por encima de la razón, y deja que Su paz te dé paz. Sé un auténtico guerrero y mata el deseo, que es el más poderoso de los enemigos del alma.

El devoto que renuncia al fruto de sus acciones, consigue la paz eterna. Por el contrario, el hombre que, acuciado por sus deseos y carente de devoción, busca la recompensa de sus acciones, de este modo se encadena a la esclavitud del apego a los resultados.

Aquella alma realizada que ha entregado su mente, desapegándola de todo resultado, y que descansa en la dicha de la paz que encuentra dentro del castillo de nueve puertas (que es su cuerpo), jamás actuará por egoísmo, ni inducirá a otros a actuar así.

El sabio nunca buscará el gozo en las cosas de este mundo, pues los placeres que ellas reportan, son tan sólo el presagio de los sufrimientos que luego han de venir. Todo es transitorio, igual que viene se va.

El sabio que en silencio y en un lugar recogido y oscuro revierte su conciencia, aislando sus sentidos del mundo exterior, y reposando su vista interior en medio de sus cejas, deja que su aliento entre y salga de su cuerpo de un modo uniforme; calmándose de este modo, pone en armonía su mente con su fuerza vital.

Apartando de sí el miedo, el deseo y la pasión, mantiene su alma en silencio, antes de alcanzar la libertad final.

Así pues, ¡levántate Arjuna! y, beneficiándote de la ayuda de tu Espíritu, ¡eleva tu alma! No seas un alma caída pues al igual que tu alma puede ser tu amigo, igualmente puede ser tu enemigo.

El alma es fiel amiga del hombre, sólo cuando ha sido conquistada por el Espíritu. Para un hombre carente de voluntad que aún no ha conquistado su alma, ésta puede convertirse en su propio enemigo.

Una vez preparado así el asiento, en total reposo ha de practicar el Yoga, para la purificación de su alma, uniendo su mente con la fuerza vital que habita en su cuerpo hasta poner su mente en paz. En este silencio, el alma se encuentra en presencia del Uno.

Pero la práctica del Yoga, oh Arjuna, es armonía; no da sus frutos a aquéllos que comen con exceso o ayunan en demasía, ni tampoco a los que apenas duermen, ni a los que duermen demasiado.

Cuando la mente del Yogui está en silencio, descansándola en reposo adentro, en comunión con el Espíritu, éste queda inmediatamente libre de los insaciables deseos. Sólo entonces se goza de la unión con Dios.

Para tener éxito en la práctica de este Yoga, hace falta tener fe, y una fuerte y entusiástica determinación en el corazón.

¡Oh, Arjuna! Con certeza la mente es inagotable, es difícil de contener. Pero mediante tu práctica constante te puedes liberar de las pasiones, después de lo cual, con toda certeza la mente puede ser controlada.

Voy a revelarte el Conocimiento: Esa visión que, una vez conocida, ya nada más en este mundo te queda por conocer.

Entre millares de hombres quizás uno busca la perfección. Y entre millares de estos que buscan la perfección, quizás uno me conoce en verdad.

Soy el Santo Nombre

Soy la vida de todas las criaturas vivas

Mi gloria no la ven todos, pues estoy escondido detrás de mi misterioso velo. Engañados por mi apariencia, la gente no me reconoce. Yo soy el que no tuvo principio y nunca ha de tener fin.

A ti, porque tienes fe, te voy a revelar el más alto de los misterios: el Conocimiento y la visión espiritual interior. Una vez alcanzado esto, tu alma estará libre de pecado.

Yo soy el que soy, tan sólo observo el drama de todo el proceso.

Yo observo cómo, en el desarrollo de la creación, la naturaleza produce todo aquello que puede moverse al igual que lo inmóvil, mientras el mundo da vueltas y vueltas sin cesar.

Los ignorantes y los locos de este mundo al verme en cuerpo humano, no reconocen mi Naturaleza Superior y me desprecian. Ellos no conocen Mi Espíritu Supremo, la Forma Infinita del Dios que ha creado todas las cosas.

Todo lo que existe halla en Mí su principio, su medio y su fin. Entre todos los conocimientos, Yo soy el Conocimiento del Alma. Entre los muchos caminos, Yo soy el único que conduce a la Verdad.

con tus palabras, has disipado la ignorancia que a mi alma sumía en la ilusión.

mi alma anhela profundamente poder ver; ver Tu Forma Inmanifiesta como el Dios Omnipresente que habita en todas las cosas.

Contempla, pues, oh Arjuna, mis centenares y millares de formas divinas, todas variadas, y de innumerables aspectos y colores.

Contempla los dioses del sol, los del fuego y los de la luz; los dioses de la tempestad y del relámpago, y los dos luminosos aurigas de los cielos. Contempla, pues, oh Arjuna, las maravillas nunca vistas hasta ahora.

Y Arjuna vio el universo entero en su incontable variedad, suspendido y formando una inmensa unidad dentro del resplandor que desprendía el cuerpo del Dios de los dioses.

ante la maravillosa visión de tu temible majestad, los tres mundos tiemblan.

Pero los mundos, contemplando tu monstruosa forma aterrorizante, [...]  tiemblan de miedo, e igual me ocurre a mí.

Como caudalosos ríos que, en arrebatada corriente, se abalanzaran con tremendo estruendo hacia el océano, así, todos estos héroes de nuestro mundo mortal se precipitan en tropel cayendo dentro del abismo de tus bocas llameantes.

Por favor, manifiéstate ante mí, dime quién eres Tú, que con tan aterradora forma te presentas ante mí. ¡Ten piedad de mí! Yo te adoro como el Dios Supremo, y anhelo conocerte, mas no logro entender tu misteriosa forma de obrar.

Mi corazón rebosa de gozo ante la maravillosa visión que revelas dentro de mí, permaneciendo oculta a los ojos de todo hombre, pero aún así, mi corazón está sobresaltado por el miedo.

Por mi Gracia te ha sido posible ver, a través de la visión espiritual, mi Forma Divina, lo cual a muy pocos les ha sido concedido. Incluso los dioses del cielo anhelan con vehemencia ver lo que tú ahora has visto.

Sólo los hombres que me ofrecen su amor obtienen la Gracia de poder verme a través de la visión espiritual. Sólo por Amor pueden recibir Mi Conocimiento. Yo sólo me revelo a aquéllos que vienen a Mí con humildad y con amor en sus corazones, deseando sinceramente conocer la Verdad.

Aquéllos que practican la meditación y se esfuerzan con determinación, ven como Él mora en su interior. Mas aquéllos que no son puros de corazón y carecen de Conocimiento, aunque se esfuerzan, nunca logran verlo.

Yo soy la Fuerza Vital que mora en todos los seres que respiran, y en unión al flujo continuo del aliento, hacia adentro y hacia afuera, consumo los cuatro tipos de alimentos.

En este mundo hay dos tipos de naturaleza: la naturaleza divina y la naturaleza demoníaca.

Tres son las puertas que conducen a ese infierno, condenando al alma a la oscuridad y la muerte: la lujuria, la ira y la codicia. De estas tres puertas el hombre debe apartarse.

Deja que la Sabiduría y las Santas Escrituras marquen tu pauta, en cuanto a lo que es correcto y lo que no lo es. Lee las Santas Escrituras y vive una vida de armonía haciendo el bien.

No está bien dejar inacabada o abandonar la tarea que, como tu deber, tienes encomendada, pues es tu servicio por Mí. Tal renuncia a la acción sería un engaño de tu ignorancia.

Lo que en un principio nos parece como un cáliz de sufrimiento termina convirtiéndose en el vino de la inmortalidad. Y a esto se le llama placer puro: es la dicha que resurge cuando se obtiene la visión clara del Espíritu.

Mientras que el placer que produce el apetito de las pasiones es impuro, porque, aunque al principio su sabor sea como el de un licor dulce, el sabor final es el de un brebaje venenoso. Así de ilusorio es el placer que se obtiene de la relación entre los sentidos y los objetos que despiertan nuestro apetito sensual.

 "Dios ayuda a aquéllos que se ayudan a sí mismos."

Desde lo más profundo de tu corazón ofréceme todas las cosas que haces, considerándome como el último depositario de tu amor, tu Único Fin. Descansa tu mente en el refugio de la meditación, y entrégame tu vida.

Si Me entregas tu vida, por mi Gracia, estarás a salvo de todos los peligros de este mundo, al igual que un loto flota sobre las aguas mugrientas. Pero si no te entregas a Mí y desprecias mis consejos creyéndote capaz por ti solo, con certeza te digo que te perderás irremisiblemente.

Si motivado por el miedo y tu egoísmo, piensas renunciar a la lucha en la batalla de tu vida, vana es tu decisión, pues definitivamente la naturaleza te empujará a luchar de un modo o de otro.

Jamás se han de revelar estos secretos a alguien que no ofrezca su amor, o que no esté autodisciplinado, o alguien que no quiere oír o que tan solo pretende discutir.