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El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
17 mayo 2015

(Versículos temáticos de El Mensaje Reencontrado)

IV


19. Los Hijos de Dios son enviados por el amor para reconducir a su manantial a los hombres extraviados en las tinieblas inmóviles de la muerte.
Rechazar o matar a uno de estos mensajeros es devolver a Dios su perdón y condenarse al exilio para siempre.
19'. La luz del sol, de la luna y de las estrellas fecunda perpetuamente el agua del cielo que lleva la simiente hasta las profundidades de la tierra, de donde surge la vida de los seres y de las cosas.

V


5. El enviado de Dios no experimenta ninguna prudencia cuando el fuego del Señor le posee.
5'. El santo preserva la existencia de los demás sacrificando la suya.

41. Quien obedece a Dios desagrada a los hombres vulgares.
41'. Dios imanta a sus Hijos hasta liberarlos del exilio antes del tiempo señalado.

IX


9. Los santos permanecen en el barro para ayudar a sus hermanos, que son una parte de sí mismos, así como ellos son una parcela de Dios.
9'. Quien se expone por los demás recibe mil salivazos por una flor. Es la ley del rescate.
«¿Quién no se expondría por el Señor de amor?»

X


34. El hombre puro y perfecto no recibirá más de nueve mujeres nítidas y no menos de tres.
34'. Un santo enviado de Dios justifica, equilibra y fecunda a todo un pueblo de creyentes unidos por la gracia y por el amor.

XIV


12'. Imantaremos en nosotros la luz del Perfecto para la salvaguarda y para la renovación de toda la creación.
¿Quién puede verificar esto ahora?
¿Quién puede experimentar la verdad del Libro aquí abajo?
¿Quién puede tener en su mano el peso de la altura?

52. La recompensa y la alegría de los santos y de los Sabios es ofrecer a Dios los agradecimientos, las alabanzas y el amor de los que han retirado de la muerte por su enseñanza, su ejemplo y su sacrificio.
52'. Los locos trabajan contra la creación y la perjudican, pero no lo saben.
Los Sabios liberan la creación y la dan a luz, pero conocen la finalidad de sus esfuerzos.

XIX


65'. A un viviente se le perdona todo, excepto estar presente entre los agonizantes de este mundo.
«¡Oh, sacrificio santísimo de los Hijos del Único!»

XXVII


16. Creemos correr tras Dios, pero Dios aún corre mucho más tras nosotros.
16'. ¿Acaso no está con nosotros incluso en la cloaca del mundo, para sacarnos de ella?

XXXV


17'. Ahora, Señor, henos aquí reconciliados con todos los seres caídos en el barro del pecado, sin distinción, y nuestro corazón está unido para siempre a los corazones de los desgraciados que sufren en la gehena.

19. Tú nos sumerges en la gehena con los condenados, Dios mío, y después nos retiras de ella, a fin de que comprendamos que también debemos visitarlos y reconfortarlos en tu NOMBRE.
19'. Tus lecciones son duras, Señor, y muchos no las comprenden, pero para tus hijos es un enriquecimiento sin fin. ¡Oh, buen Señor!, enséñanos suavemente y con paciencia, porque este mundo es malvado y el dolor habita en él.

25. Tú nos mezclas con los condenados y te retiras de nosotros a fin de que mesuremos nuestra nada. Realmente, Señor, no estamos orgullosos de nosotros aquí abajo.

36. Señor del cielo ¿cómo escaparemos, sin tu ayuda, del embrutecimiento de las necesidades de la vida exiliada en la tierra?
36'. Este mundo es una terrorífica batalla de bestias brutas que no conviene a los pacíficos hijos de Dios.

37. Los Hijos de Dios no poseen nada en este mundo perecedero, porque su reino está en el sol bienamado.
37'. Por eso, nos predican el desapego del mundo terrestre y el retorno al mundo celeste donde la vida no está contaminada por la muerte.

38. El hombre es ingenioso para organizarse en esta tierra de exilio, pero no puede salir de ella sin la ayuda de Dios.
38'. Verdaderamente, el reino de Dios no es de este mundo, por eso los Hijos de Dios parecen errantes y pobres en la tierra.

41. No, este no es un Libro para los saciados del mundo que se han instalado definitivamente en la cloaca de la muerte.
41'. Es un Libro para los hambrientos del cielo que buscan llorando su patria perdida.

XXXVI


49. Dios nos envía un profeta antes del golpe que nos va a hundir en el embrutecimiento ciego y sordo de la muerte.
49'. ¿Dónde están los creyentes de Dios que se convierten al amor de Dios y de los hombres, a fin de escapar del aniquilamiento que viene?

95. ¿No estamos enviado por Dios y encargado de preparar la vía real del advenimiento santísimo del Señor victorioso y glorioso, que va a someter toda la tierra a su ley de amor y de paz?
95'. ¿No tenemos en nosotros el Espíritu de Elías y no somos precursor del Señor resucitado en su gloria, que viene al mundo entenebrecido para el juicio tan temido por unos y tan esperado por otros?
95". Llamamos a los creyentes de Dios y volvemos a llamar a los hijos de Dios, pero no tenemos que convencer a nadie en el mundo.
Así pues, ¡que quien vacile y dude pida a Dios una señal en su corazón, que le iluminará plenamente!

XXXVIII


60. El don de Dios permanece solitario en nuestro corazón y en nuestras manos, porque este pueblo se ha vuelto imbécil a fuerza de creer en su propia inteligencia, y se sacia de las obras de la muerte, y rechaza la obra de vida que le es ofrecida gratuitamente.
60'. Nos retiraremos, pues, de esta nación a la que somos enviado, pero que no nos acepta, a fin de que nuestra predicación no sea motivo de escándalo o de maldición para nadie, ya que no puede ser motivo de edificación y de bendición para nadie en ella.
60". Si el Señor está con esta nación seremos, ciertamente, excluido; pero si él está con nosotros, ¿no será excluida esta nación? ¡Que el Señor se las arregle, pues, directamente con ella o que la arregle con sus demasiado inteligentes y sus demasiado astutos, y que nuestras manos estén limpias de su sangre corrompida y rebelde!

XXXIX


34. ¡Oh, dolor! Nuestra voz es ahogada por la multitud de lisiados que se hunden alegremente en la muerte hedionda del infierno, y permanecemos solo, sin medios ni auxilio para hacer oír la última advertencia del Señor de justicia que nos envía al mundo, como el grano bajo la rueda de molino.

36. ¡Oh!, ¿quién se ayudará a sobrevivir ayudándonos en nuestra misión que se ha vuelto imposible por la indiferencia de todos?

37. ¿Cómo nos recibirá nuestro Señor si ni siquiera conseguimos hacer oír su amonestación en este mundo agonizante y profanador?