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Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)

DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA   Dom Antoíne-Joseph Pern...

Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
07 octubre 2011
Terminó su obra de la creación con la formación del hombre; así como creó el Universo en grande, así hizo su resumen. Y como el ser Supremo, no teniendo principio, fue sin embargo el principio de todo, quiso poner el sello de su obra mediante un individuo que, no pudiendo ser sin principio, fuera al menos sin fin como Él mismo. Que el hombre no deshonre, pues, el modelo del que es la imagen. Debe pensar que no ha sido hecho para vivir solamente siguiendo su animalidad, sino siguiendo su humanidad propiamente dicha. Que beba, que coma, pero que ruegue, que modere sus pasiones, que trabaje para la vida eterna, es en esto que se diferencia de los animales, y así será propiamente hombre.
“Puesto que el Hombre es obra de Dios, lo más bello y perfecto, su imagen y el resumen del mundo universal, llamado por ello microcosmos, y consiguientemente encierra en su composición completísima, en su armonía suavísima, y como en obra dignísima de todos los números, medidas, pesos, movimientos, elementos y todas las demás cosas que lo componen, y, puesto que todas las cosas están en él, como en obra acabada de determinada condición elevada por encima de la concordancia común que tienen en todos los demás compuestos, por eso todos los antiguos contaban otrora con sus dedos y señalaban los números con los dedos. Parece que con ello quisieron probar que se habían inventado todos los números, medidas proporciones y armonías a imitación de las articulaciones del cuerpo humano; de allí deriva también que, adecuándose a las medidas y proporciones del cuerpo humano, efectuaren sus compartimentos, construyeran sus templos, edificios, casas, teatros, navíos, máquinas, toda clase de obras artificiales y todas las partes o miembros de artes y edificios, como las columnas, capiteles, bases, frontispicios, ordenamiento de pedestales, y todas las demás cosas de esa naturaleza. Dios mismo enseñó a Noé cómo fabricar el arca según la medida del cuerpo humano, como Él mismo fabricó toda la maquinaria del mundo según la simetría del cuerpo humano, por lo que se llama a aquél macrocosmos y a éste microcosmos.”
La filosofía oculta. H. C. Agrippa
El agua contiene un fermento, un espíritu vivificante, que derrama las naturalezas superiores sobre las inferiores, de las que ella es impregnada al errar en los aires y que deposita seguidamente en el seno de la tierra. Este fermento es una simiente de vida, sin la cual el hombre, los animales y los vegetales no vivirían y no engendrarían nada. Todo respira en la naturaleza y el hombre no vive sólo de pan sino de este espíritu aéreo que aspira sin cesar.
¿Pensáis hacer algo bueno sin el sol, sin la luna, sin las estrellas, sin el aire, sin el agua y sin la tierra? Entonces, ignoráis la agricultura que es la ciencia de Dios"
El Mensaje Reencontrado XXIII: 48

Lo natural y lo sobrenatural están mezclados tan íntimamente que sólo Dios puede separarlos y reunirlos.
Volviendo del revés la tierra REA descubriremos el AER celeste que hace la ERA divina.
El Mensaje Reencontrado II: 69-69’
¿Sería solamente para refrescar el corazón que la naturaleza habría tomado cuidado de colocar cerca de él los pulmones, estos admirables e infatigables fuelles? No, ellos tienen un uso más esencial; es para aspirar y transmitirle continuamente este espíritu etéreo que viene a socorrer a los espíritus vitales y reparar su pérdida y algunas veces los multiplica. Es por lo que se respira más a menudo cuando se produce más movimiento, porque entonces se produce más gran pérdida de espíritus que la naturaleza busca reemplazar.
[…] est in aere vitae occultus, es en el aire donde se oculta el alimento de la vida.
El Cosmopolita
La alquimia propiamente dicha es una operación de la naturaleza ayudada por el arte.
El arte sin la naturaleza es impotente y la naturaleza sin el arte es ciega.
Ambos reunidos constituyen la perfección de la obra divina.
El Mensaje Reencontrado XXXVII: 41'
Este mercurio es un agua ardiente que tiene la virtud de disolver todos los mixtos, los minerales, las piedras y todo lo que los otros menstruos o aguas fuertes no sabrían hacer, la guadaña del viejo Saturno viene al punto para significarlo, por lo que se le ha dado el nombre de disolvente universal.
Supremo misterio: un día los desaparecidos disolverán a los reencontrados y los reencontrados coagularán a los desaparecidos.
El Mensaje Reencontrado XXVI: 29'

Los muertos disolverán al viviente, pero el viviente coagulará a los muertos y todos reposarán en la unidad del Único, ¡si es que los muertos reciben al viviente!
Pues si los muertos son como la masa, el viviente es como la levadura que la anima y la transforma para la cocción celeste que hace el pan dorado de Dios.
El Mensaje Reencontrado XXVIII: 54-54’

"Naturaleza vence a Naturaleza", porque la cantidad de agua añadida reiteradamente obliga el cuerpo a disolverse, y sometiéndolo a ella, gracias a la entrada que le da la prisionera, fuerza el cuerpo a la disolución. Es una vía sobrenatural que deshace, mediante el arte, la obra de Naturaleza sin destrucción del cuerpo.
La Turba de los Filósofos
La solución es pues, la llave de la obra. Todos los filósofos convienen en ello y todos hablan de la misma manera al respecto. Pero hay dos trabajos en la obra, uno para hacer la piedra y el otro para hacer el elixir. Primero se han de preparar los agentes; y es de esta preparación que los filósofos no han hablado nada, porque todo depende de ella y porque la segunda obra sólo es, según su decir, un juego de niños y una diversión de mujeres. Pues no se ha de confundir las operaciones de la segunda obra con las de la primera, aunque Morien nos asegura que la segunda obra, que él llama disposición, sólo es una repetición de la primera.
Importa poco que el Libro nos parezca confuso y abstracto; lo esencial es que lleguemos a la cosa precisa y concreta de la cual habla el Libro.
¿No están las dos vías sabiamente entremezcladas en él para formar el árbol de vida, en vez de ser profanamente separadas para hacer con ellas muletas muertas?
El Mensaje Reencontrado XXXI: 30-30’
¿La luz de vida no ha salido de la unión del cielo y de la tierra? Y ¿las dos vías de Dios no se encuentran milagrosamente unidas en ella sola?
Los profanos ignoran ambas, los medio instruidos las separan y las oponen; solamente los Sabios las juntan y las unen en la unidad de Dios.
El Mensaje Reencontrado XXXI: 41-41’

Pues tu espíritu disolverá a tu cuerpo y tras haberlo abierto, se mezclarán los dos espíritus, el libre y el prisionero, que algunos llaman Águila y León.
Después, el alma seguirá al espíritu, abandonando al cuerpo que, por su lado, regresará al limo terrestre y sulfuroso, con el cual había languidecido tanto tiempo. A continuación, le será devuelto al cuerpo el antedicho espíritu, que atraerá hacia sí algunos más que compartirán entre sí la antedicha alma, la cual crecerá por un calor lento y ahogado, administrado con un ingenioso artificio. He aquí la labor que se dice sobrenatural, por ser el vínculo de la conjunción que se hace, como he dicho anteriormente, por una decocción admirable y sobrenatural.
Los Cinco Libros de Nicolás Valois
Es preciso aún, remarcar que los signos demostrativos de la obra, de los cuales los filósofos hacen mención, consideran particularmente la segunda obra.
Hablaremos primeramente del régimen de Mercurio, que es un secreto a propósito del cual ninguno de los sabios se ha expresado nunca. Estos han comenzado, por ejemplo, en la segunda operación o régimen de Saturno, y no han mostrado al principiante ninguna luz antes del signo capital de la negrura.
La entrada abierta al Palacio cerrado del Rey. Ireneo Filaleteo
La verdadera clave de la obra es esta negrura al comienzo de sus operaciones, y si aparece otro color rojo o blanco antes que ella, es una prueba de que no se ha conseguido, o como dice nuestro autor: En verdad quien no vea esta negrura en el inicio de sus operaciones, durante los días de la piedra, aunque vea cualquier otro color, falla por completo en el magisterio, y no podrá terminarlo con ese caos [...] Y ciertamente, te digo nuevamente, que aún cuando tú mismo trabajes sobre las verdaderas materias, si al principio, tras haber puesto las confecciones en el huevo filosófico, es decir, algún tiempo después de que el fuego las haya irritado, no ves la cabeza de cuervo negro, de un negro muy negro, tendrás que volver a empezar, pues esta falta es irreparable. Sobre todo se debe de temer un color anaranjado o medio rojo, porque si en un principio lo ves en tu huevo, sin duda quemas o has quemado el verdor y la vivacidad de la piedra.
Así mismo este negro es llamado con este nombre por los filósofos, como se puede ver en sus obras, particularmente en la de Filaleteo que lleva por título, Enarratio Methodica trium Gebri Medicinarum, […], donde llama a la materia filosófica venida al negro, negrura de la noche, la noche misma y tinieblas, y a la materia salida de la negrura, día y luz.
Concordancia Mito-Físico-Cábalo-Hermética

Por ello, si hubieras operado con el sol vulgar, procura en el principio de las nupcias de tu Mercurio realizar el matrimonio de Diana con Venus, luego ponlas en un nido, y con el debido fuego verás el emblema de la gran obra, a saber: el negro, la cola del pavo real, el blanco, el citrino y el rojo. Entonces reitera en esta obra con Mercurio, que es llamado leche de virgen, dándole el fuego del baño de rocío, o como máximo el de arena templada con cenizas, y entonces, no sólo el negro, sino el negro más negro que el negro y toda la negrura, así como el blanco y el rojo perfectos, y esto a través de un proceso suave. Dios, en efecto, no estaba en el fuego ni en el viento, pero su voz llamó a Elías.

La entrada abierta al Palacio cerrado del Rey. Ireneo Filaleteo
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