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Versículo al azar
El Mensaje Reencontrado
Libro XXVIII
NI REVÉTUE — EL BARRO
27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.
27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
07 abril 2008
A la gloria de Dios[1] y al
servicio de
los hombres que lean con los ojos del espíritu y del corazón los signos
inscritos en la carne del mundo.
Entra de nuevo y reposa, o sal y brilla,
pero permanece siempre en uno.
Este libro no es para todos, sino sólo
para quienes les es dado creer en
lo increíble.
[1] Él (en francés LUI): El fuego secreto que suscita los Universos, que los mantiene y que los consume.
LAS PLEGARIAS DEL PADRE Y LA MADRE
Padre
dorado que estáis en to- das partes y que reposáis en el sol y en la tierra santa. Dadnos la inteligencia de vuestras formas y el amor de vuestro Ser. Borrad nuestra mancha, sacadnos del barro en el que hemos caído. Hacednos semejantes a la Santa Madre y engendradnos en el amor perfecto. Padre oculto y muy evidente. Poseedor de la luz eterna. Creador má- gico de los mundos. Curad nuestros cuerpos, apaciguad nuestras almas, liberad nuestros es- píritus. Hacednos herederos de la gloria donde brillan vuestros hijos bienamados. Hacedlo, Señor. |
Madre
brillante que estáis en todo y que transfor-
máis las estrellas y el mar. Concedednos el secre- to de vuestra luz y el amor de vuestra pureza. Bautizadnos en el agua y en el fuego divinos, y recibidnos en vuestro seno viviente. Ma- duradnos hasta la perfección del amor. Madre luminosa rodeada de tinie- blas. Substancia de la vida y ma- nantial de felicidad. Simiente benéfica de Dios. Nutrid nues- tros cuerpos, apagad la sed de nuestras almas, ilu- minad nuestros espí- ritus. Mostradnos la ruta que condu- ce al Sol bien- amado. La- vadnos. Ma- dre santa. |
LA LUZ
Como una tierra prometida abrevada de
inocencia, me entrego a aquel que desenreda mi noche, y mi corazón se
decanta en el reposo y luce.
¡Oh, Sulamita, mi única amiga, soy tu
Salomón solo en el mundo. Sol y Selene en Sal unidos. Salvación de los
mitos y Salam de los montes!
¡Antigua soledad de las selvas
primordiales, donde brilla la esmeralda emanada de las estrellas!
¡Quien os encontró posee el secreto divino, que un maestro verdadero
nos legó en el pan y el vino!
Libro I |
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Libros