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Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)

DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA   Dom Antoíne-Joseph Pern...

Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
25 septiembre 2011
DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA
 Dom Antoíne-Joseph Pernety
(extractos)

Las entradas sobre este libro no serían posibles sin el extraordinario trabajo realizado por Josep Romero en su blog Humana Divinitas.
Desde aquí le agradezco el esfuerzo y la dedicación a tantas horas de traducción y estudio sobre Las fábulas egipcias y griegas.

Todos los verdaderos adeptos hablan en el mismo tono, y si dicen verdad, sin tomarse tantas fatigas, sin emplear tantos vasos, sin consumir tanto carbón, sin arruinar su bolsa y su salud, se puede trabajar en concierto con la naturaleza, que ayudada, se prestará a los deseos del artista y le abrirá liberalmente sus tesoros.
Si dispensas tus bienes trabajando, no lo atribuyas a nosotros, sino a tu imprudencia, pues nuestra Ciencia no requiere grandes gastos.
Rosario de los Filosofos. Arnaldo de Villanova
Aprenderá de ella, no a destruir los cuerpos que produce, sino cómo y con qué los compone y en qué se resuelven. Ella le mostrará esta materia, este caos que el Ser supremo ha desarrollado para formar el Universo. Verá la naturaleza como un espejo, cuya reflexión le manifestará la sabiduría infinita del Creador que la dirige y la conduce en todas sus operaciones por una vía simple y única, que constituye todo el misterio de la gran obra.
Dios te abrirá la puerta de la Naturaleza, donde verás que opera de una manera muy simple. Ten por cierto que la Naturaleza es muy simple y que solo se deleita en la simplicidad, y créeme que todo aquello que es lo más noble en la Naturaleza es también lo más fácil y lo más simple; ya que toda verdad es simple. Dios, el creador de todas las cosas, no ha puesto nada que sea difícil en la Naturaleza, así pues, si quieres imitar a la Naturaleza te aconsejo que permanezcas en su vía simple y encontrarás toda clase de bienes.
La nueva luz química. El Cosmopolita

Pues en esta ciencia se necesita una sola cosa y un único medio de operar, por una vía simple y natural, sin perderse en la pluralidad de las cosas contrarias a nuestra única levadura.
Los Cinco Libros de Nicolás Valois
No es uno solo que dice que la materia de este arte es de un precio vil e incluso que no cuesta nada y que el fuego para trabajarla, no cuesta más; que sólo se necesita un vaso o máximo dos para todo el transcurso de la obra.
Esta Materia, pues no has de buscarla (porque sería esto una chymera) sólo en España, en Indias, en Italia, o en las Tierras de Lybia tan desiertas, porque además de hallarse en todas partes, nuestra Tierra la ofrece a manos llenas, y es muy común el verla cada día en cualquiera paraje que se quiera.
Las más veces por Calles y Plazas los Muchachos jugando están con ella, y es cosa despreciable al que no sabe la virtud poderosa que en sí encierra. El conocerla es cosa que concede a muy pocos el Alto Soberano, y con razón pues, suele ser Trofeo de manos de hombres locos o de fatuos. Siendo así que es más noble que el Cuerno del gran Rhinoceronte decantado; Verdad es que así este como aquella nada sirven al vulgo necio y vano.
El testamento de Adriano
Los errores tienen su fuerza en el prejuicio, como en la falta de luces y de instrucciones sólidas. La verdadera ruta sólo puede ser muy simple, puesto que no hay nada más simple que las operaciones de la naturaleza. Pero aunque trazada por esta misma naturaleza, ella es poco frecuentada, y aquellos que pasan se hacen el celoso deber de ocultar sus trazos mediante zarzas y espinas. Allí no se anda más que a través de la oscuridad de las fábulas y de los enigmas; es muy difícil no extraviarse si un ángel tutelar no lleva la antorcha delante nuestro.
Alguna vez, también, hemos podido decepcionar a los presuntuosos, diciéndoles que, al ser la Gran Obra un don divino, nunca podrá llevarla a cabo sólo el mero talento de los hombres. Para entenderla y realizarla hace falta pues, la ayuda de ese genio bienhechor que descubre, para algunos, el texto de los libros sellados. Si de un don divino se trata, el más simple y pobre de los hombres puede esperar obtenerlo; pero, a menudo, esto parece irrisorio a muchos buscadores cuyo cerebro está repleto de complicaciones ajenas a la única levadura de la cabala quymica.
Emmanuel d’Hooghvorst
Es preciso, pues, conocer la naturaleza antes que proponerse imitarla e intentar perfeccionar lo que ella ha dejado en camino de perfección.
[…] porque aquel que se pone manos a la obra sin antes tener el conocimiento de la Naturaleza trabaja en vano.
Nueva luz química. El Cosmopolita
Se puede dividir el mundo en tres regiones, la superior, la mediana y la inferior. Los filósofos herméticos dan a la primera el nombre de inteligible y dicen que es espiritual, inmortal o inalterable; es la más perfecta. La mediana es llamada celeste. Ella encierra los cuerpos menos imperfectos y una cantidad de espíritus. Esta región está en medio y participa de la superior y de la inferior. Sirve como de medio para reunir estos dos extremos, y como de canal por donde se comunican sin cesar en la inferior los espíritus vivificantes que animan todas las partes. Está sujeta a cambios periódicos.
Construye tu casa, cultiva tu jardín, teje tu vestido, cose tu calzado, corta tu leña, haz tu pan, entierra al muerto, riega la tierra, ayuda a la mujer a dar a luz, cría al niño. Pon mano una vez en estas cosas y medita sobre el comienzo y el fin del mundo medio, para conocer el inicio del mundo inferior que se une a la perfección del mundo superior. Así, te acordarás de dónde vienes, comprenderás dónde estás y sabrás a dónde vas, y la liberación de la paz habitará en ti para siempre.
El Mensaje Reencontrado XIII: 22'
El espíritu infinitamente más sutil, tiene el medio entre el alma y el cuerpo, y sirve como de ligadura para unirlos, porque sólo se pueden reunir dos extremos por un medio.
Las RAÍCES del árbol de vida...
Son como el TRIO VIL que une el cielo y la tierra.
El Mensaje Reencontrado XXV: 58-58’

El azufre celeste se une a la sal de la tierra por medio del mercurio del agua para formar un sólo cuerpo-espíritu compuesto de alma, de espíritu y de cuerpo; siendo el azufre la forma, el mercurio el medio que une y la sal la materia.
Versículos alquímicos recopilados por Louis Cattiaux
Este arqueo es un principio ígneo, principio de calor, de movimiento y de vida, que anima el cuerpo y conserva la manera de ser durante el tiempo que la debilidad de los órganos lo permita. Se nutre de los principios análogos a sí mismo que extrae sin cesar por la respiración; es por lo que la muerte sucede a la vida casi en el momento en que la respiración es interceptada.
El gran intermediario de la naturaleza, aquel del que ningún ser natural puede prescindir, aquel que es el vínculo entre el Cielo y la Tierra y el canal por el que éstos se comunican, el que transporta en su seno todos los bienes de que gozamos, aquel del que todo amante de la Sapiencia debe conocer las virtudes centrales y los medios de desarrollarlas, es el aire que, según el docto Cosmopolita, contiene en su centro un Espíritu congelado mejor que toda la tierra habitable. Es de este precioso intermediario del que todo hombre que quiera penetrar en los misterios de la Ciencia de la Naturaleza debe ocuparse y en cuyo corazón encontrará los medios de alcanzar la cima de todas las felicidades humanas.
Concordancia Mito-Físico-Cábalo-Hermética


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10 septiembre 2011

Marsilio Ficino de Florencia


Convendremos que esta Y debía entrar, según la antigua grafía, en la composición del término alquymia con el fin de avisar al prudente lector que no hay quymica sin equívoco. Que tenga cuidado con esco­ger, si puede, la vía que conduce a las riquezas de la edad de oro, en vez de extraviarse en el laberinto de los tormentos sin salida de nuestra edad de hierro.
Emmanuel d'Hooghvorst

(extractos)
Llamamos segunda parte de la Piedra al Mercurio vivo. Como es vivo y crudo, se dice que disuelve incluso los cuerpos porque adhiere a ellos en profundidad y naturalmente. He aquí la piedra sin la cual la naturaleza no opera nada. Así, los Filósofos nos aconsejan no obrar más que en el Sol y el Mercurio que, unidos, componen la Piedra de los Filósofos.
«Todo lo que buscan los sabios está en el Mercurio. El Mercurio destruye enteramente al Sol frondoso; lo disuelve, ablanda, saca el alma del cuerpo. Si se le sublima, entonces se engendra el agua de vida».
[…] en nuestra obra solamente se requieren el AZOTH y el fuego, que no es otra cosa que lavar, cocer, disolver, pudrir, coagular y fijar.
Basilio Valentín. Azoth 
Si se te pregunta, pues, cuáles son las piedras, responderás que el Sol y el Mercurio son las piedras filosóficas. Pero estas piedras están muertas sobre la tierra y no operan nada si no se les aplica la industria del hombre. Escucha esta semejanza profunda. El cielo etéreo fue cerrado para todos los hombres, de modo que todos los hombres descendían a las moradas infernales, donde permanecían presos perpetuamente. Pero Cristo Jesús abrió la puerta del Olimpo etéreo,
Hemos hecho hincapié en la muerte que tiene al mundo entre sus garras ciegas, pero también hemos puesto el dedo sobre la vida que se renueva constantemente a través de ella.
Hemos hecho recordar la cerradura terrestre y la llave celeste que abren la puerta de la estancia de la vida bienaventurada, donde los hijos de Dios se regocijan de la alegría del Único Esplendor por la eternidad.
Así, hemos perdido deliberadamente nuestra vida en este mundo mezclado a fin de salvarla en el reino de Dios.
El Mensaje Reencontrado XXXVII: 26-26”
y desde entonces abrió el reino de Plutón para que de allí fueran arrancadas las almas,
El justo que es enterrado vivo rompe todo lo que se opone a su resurrección.
Quien ayuda a un hombre desamparado socorre su propia vida.
El Mensaje Reencontrado IV: 10-10’
cuando en el seno virginal, con la cooperación del Espíritu Santo, por un misterio inefable y un secreto muy profundo, la Virgen María concibió lo que había de más excelente en los cielos y en la tierra, y al fin dio a luz para nosotros al Salvador del Mundo entero quien, por su bondad sobreabundante, salvará a todos aquellos que se han entregado al pecado, si el pecador se gira a menudo hacia él.
¿Cuántos se retiran a la montaña santa a fin de conocer al compañero imperecedero, al amigo indefectible, al Único Señor del cielo que da la vida sin mezcla?
¿Cuántos cuecen en secreto el misterioso y santo rocío que viene del cielo a fin de manifestar al Salvador admirable que libera de la muerte?
«¿No vendrán tal vez con nosotros hacia el esplendor que brilla en el cielo?»
El Mensaje Reencontrado XXIV: 11-11’
Pero la Virgen ha permanecido intacta y sin mancha. Con razón, pues, Mercurio es comparado con la muy gloriosa y divina Virgen María. En efecto, Mercurio es virgen
Por ello, si hubieras operado con el sol vulgar, procura en el principio de las nupcias de tu Mercurio realizar el matrimonio de Diana con Venus, luego ponlas en un nido, y con el debido fuego verás el emblema de la gran obra, a saber: el negro, la cola del pavo real, el blanco, el citrino y el rojo. Entonces reitera en esta obra con Mercurio, que es llamado leche de virgen, dándole el fuego del baño de rocío, o como máximo el de arena templada con cenizas, y entonces, no sólo el negro, sino el negro más negro que el negro y toda la negrura, así como el blanco y el rojo perfectos, y esto a través de un proceso suave. Dios, en efecto, no estaba en el fuego ni en el viento, pero su voz llamó a Elías.
porque jamás ha propagado un cuerpo metálico en el vientre de la tierra y, sin embargo, engendra para nosotros la piedra; disuelve y abre el cielo, es decir, el oro, y hace salir al alma, a saber, la divinidad; y la lleva en su vientre durante cierto tiempo, y finalmente la hace pasar a un cuerpo purificado en su tiempo. De allí nace para nosotros el niño,
Nuestra vida está eternamente preñada de Dios.
¿Quien le hará aparecer antes del término de la muerte y de la resurrección del gran mundo?
«La naturaleza liberará la naturaleza y el niño misterioso nacerá de la única Madre».
El Mensaje Reencontrado IV: 96’
es decir, la Piedra, cuya sangre tiñe los cuerpos inferiores para volverlos sanos y salvos en el cielo en oro; y Mercurio se mantiene virgen y sin mancha, tal como era antes.
En la piedra de los filósofos, su primera materia no es la de todas las cosas, ni tampoco de los metales, sino que nuestra primera materia se encuentra en torno a éstos. No es necesario que el cuerpo sea retrogradado hasta los cuatro elementos, sino hasta los principios metalinos. Y una vez deformado este cuerpo, es necesario que tome una forma nueva en su menstruo mineral y que tome su substancia de éste; es comparable al vientre de la mujer, donde el niño se nutre de los menstruos de la madre hasta la edad de ser engendrado sobre la tierra.
Nicolás Valois, Los Cinco Libros 
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