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Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
22 noviembre 2008
Dios Todopoderoso, Eterno, Padre de la luz, de quien vienen todos los bienes y todos los dones perfectos, imploro vuestra misericordia infinita. Dejadme conocer vuestra eterna sabiduría. Ella es quien rodea vuestro trono, quien ha creado y hecho, quien conduce y conserva todo. Dignaos enviármela del cielo de vuestro santuario y del trono de vuestra gloria, para que esté y trabaje en mí, pues es ella la dueña de todas las artes celestes y ocultas, quien posee la ciencia y la inteligencia de todas las cosas.

Haced que ella me acompañe en todas mis obras, que por su espíritu tenga la verdadera inteligencia, que proceda infaliblemente en el arte noble al cual me he consagrado, en la búsqueda de la milagrosa piedra de los sabios que vos habéis escondido en el mundo, pero que tenéis costumbre de descubrir, al menos, a vuestros elegidos. Que esta Gran Obra que he de hacer aquí abajo, la empiece, la continúe y la termine felizmente, que contento goce de ella para siempre. Os lo pido por Jesucristo...

Extraído de: Arola, Raimon. La cábala y la alquimia en la tradición espiritual de occidente: siglos XV-XVII
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20 noviembre 2008

(extractos de El Mensaje Reencontrado)


La verdad que separa y que une. Unos. Dos. Uno y nada más.

La verdadera sabiduría consiste en separar lo que es bueno de lo que es malo y en unir lo que es bueno con lo que es mejor.

La extrema humillación de la muerte es la entrada obligatoria al esplendor de la vida celeste, pues la separación terrestre es el comienzo del cielo manifestado.

Ninguna palabra debe ser aceptada sin un riguroso y largo examen, a fin de separar lo verdadero de lo falso.

La separación y la reunión se realizarán por la reagrupación de las partes vivas y por el rechazo de la porción muerta.

Corresponde a cada uno imitar a Dios y separar lo verdadero de lo falso.

La guadaña del tiempo separa toda verdad, pero el fuego secreto es lo que la pone en evidencia y la madura.

La muerte separa lo que es malo y reúne todo lo que es bueno, pero necesita la ayuda de la vida celeste.

Es imposible reunirse con Dios y su gracia sin volver a atravesar las tinieblas franqueadas en el momento de la primera separación.

La separación es el comienzo del trabajo secreto que conduce a Dios. La reunión es su término.

Quien ha separado el cielo y la tierra los unirá de nuevo y los multiplicará en la perfección del oro vivo.

El Libro separará a muchos hombres en el mundo, ya que algunos serán confirmados en la vida y otros serán hundidos en la muerte.

El sol no puede habitar más que una tierra pura y separada de toda hez.

El deseo ferviente dirigido por una voluntad paciente se convierte en una fuerza que puede separar y unir, matar en el mundo y vivificar en Dios.

Abstenerse del veneno mitigado es lo propio de los santos, pero separarlo es el trabajo del Sabio.

El agua sale de la tierra y vuelve a la tierra para separar el mundo del inmundo.

He buscado la verdad hasta en la corrupción del mundo y he separado la vida de la muerte.

El retorno a Dios es como la separación de entre las tinieblas y como la reunión con la luz primordial.

El Innominado no podría suprimir el mal, esa noche que le rodea y oculta, como no podría crear el bien, esa luz que le viste y le guarda; pero él puede mezclar o separar la luz y las tinieblas exteriores, para el conocimiento de las potencias y de los límites de su Ser y de su no ser.
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16 noviembre 2008

Tratado del siglo XV atribuido a Tomás de Aquino


(extractos)



[...] aurora es como hora de oro; así, esta ciencia posee una hora cuyo fin es dorado para quienes operan según la vía derecha (recte). [...] porque en la aurora los enfermos son curados de todas las enfermedades nocturnas y reposan. Así, en la aurora de esta ciencia, todos los olores y los malos vapores atacan el espíritu del operador, desvaneciéndose y desapareciendo, como lo dice el salmo: En la noche permanecen los llantos, y por la mañana la alegría.

En primer lugar calienta la tierra [...] En segundo lugar, apaga el fuego intenso provocado en la combustión, del que dice el profeta: y el fuego se encendió en su asamblea y la llama ha consumido los pecados sobre la tierra. Él apaga este fuego por medio de su acción moderadora, y de ahí esta alusión: refrescamiento en el calor ardiente.

En tercer lugar, ablanda, es decir, que licúa la dureza de la tierra y disuelve sus partes densas y muy compactas, y del que ha sido escrito: La lluvia del Santo Espíritu licúa. Y el profeta: Él envirá su palabra y los licuará; su espíritu soplará y las aguas fluirán. Y está escrito en el Libro de la Quintaesencia que el aire abrirá los poros de las partes de la tierra para que reciba la virtud del fuego y del agua. Y está dicho en otra parte: la mujer disuelve al hombre y él mismo la fija. En otras palabras: el espíritu disuelve y ablanda al cuerpo y el cuerpo endurece al espíritu. En cuarto lugar, ilumina cuando expulsa todas las tinieblas del cuerpo; de él se canta: Purga las horribles tinieblas de nuestro espíritu, enciende una luz para nuestros sentidos. Y el profeta: Toda la noche has sido guía para ellos en la iluminación del fuego, y entonces la noche se iluminará como el día. Y Senior: Vuelve blanco todo lo que es negro, y rojo todo lo que es blanco, ya que el agua blanquea y el fuego ilumina. Pues brilla a la luz como un rubí por su alma que tiñe, adquirida por la virtud del fuego, y de ahí que el fuego sea llamado tintureo. [...] En quinto lugar, separa lo puro de lo impuro cuando aleja todos los accidentes del alma, es decir, los vapores o malos olores, tal como ha sido dicho: El fuego separa las partes heterogéneas y agrupa las homogéneas. Por esta razón dice el profeta: Me has examinado con fuego y no has encontrado iniquidad en mí. [...] Y Hermes: Tú separas lo espeso de lo sutil, la tierra del fuego. [...] Rasis dice al respeto que la operación de la preparación perfecta es precedida de una cierta purificación de las sustancias, llamada por algunos preparación o limpieza, por otros rectificación, y por otros ablución o separación. Efectivamente, el mismo Espíritu, que posee siete formas, separa las partes más puras de las impuras a fin que una vez eliminadas las partes impuras, sea completada la obra con las puras. Hermes hace alusión a esta quinta virtud en su Secreto, cuando dice: Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso (etc). En sexto lugar, exalta las cosas bajas cuando lleva a la superficie el alma profunda y oculta en las entrañas de la tierra, de lo que dice el profeta: Él, que en su fuerza, hace salir a los encadenados. Y aún: Tú has hecho salir mi alma del fondo del infierno. E Isaías: El Espíritu del Señor me ha elevado. Y los filósofos: Aquel que vuelva lo oculto manifiesto conoce la obra toda entera, y aquel que conoce nuestro cambar (es decir, nuestro fuego), ése es filósofo. [...] En séptimo y último lugar, inspira, cuando por su soplo, vuelve espiritual el cuerpo terrestre, y del que se canta: Inspirando vuelves a los hombres espirituales. Salomón: El Espíritu del Señor ha llenado el círculo (orbem) de la tierra. Y el profeta: Toda su fuerza viene del soplo de su boca. [...] Todas estas cosas son realizadas y acabadas por nuestro espíritu, pues sólo él puede volver puro lo que ha nacido de una simiente impura. ¿No dice la Escritura: Lavaos en él y sed puros? Y a Naamán, el Sirio, le fue dicho: Ve y lávate siete veces en el Jordán y serás purificado. [...] A ello hacen alusión los filósofos con estas palabras: Destila siete veces y eres separado de la humedad corruptora.
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