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El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
01 junio 2016

XX


Cuando se abandona lo aprendido, desaparecen las contrariedades.
¿Qué diferencia hay entre «¡eh!» y «¡oh!»
¿Qué distinción puede hacerse entre «bueno» y «malo»?
¿He de temer lo que los demás temen?
¡Vaya tremendo sinsentido!
Todo el mundo está alegre y sonriente, como si festejaran el sacrificio de un buey, como si subieran al Pabellón de Primavera; tan sólo yo permanezco tranquilo e impasible, como un recién nacido que todavía no ha sonreído.
Sólo yo estoy desamparado, como quien no tiene hogar al que volver.
Todo el mundo vive en la abundancia:
Sólo yo parezco no poseer nada.
¡Qué loco soy!
¡Qué mente más confusa tengo!
Todos son brillantes, ¡tan brillantes!
Sólo yo estoy oscuro, ¡tan oscuro!
Todos son agudos, ¡tan agudos!
Sólo yo estoy callado, ¡tan callado!
Suave como el océano, sin propósitos como las ráfagas del vendaval.
Todo el mundo está encauzado en lo suyo, sólo yo permanezco obstinado y marginal.
Pero en lo que soy más diferente a los demás ¡es en saber sustentarme de mi Madre!

Lao Tse


Somos ignorante ante los sabios triunfantes.
Estamos extraviado ante los imbéciles triunfantes.
Somos inútil ante los trabajadores triunfantes.
Estamos loco ante los razonables triunfantes.
Somos miserable ante los ricos triunfantes.
Somos réprobo ante los biempensantes triunfantes.
Estamos perdido ante los tranquilizados triunfantes.
Somos despreciable ante los poderosos triunfantes.
Somos oscuro ante los inteligentes triunfantes.
Estamos sepultado ante los agitados triunfantes.
Estamos avergonzado ante los hipócritas triunfantes.
Somos estúpido ante los iluminados triunfantes.
Somos incapaz ante los mañosos triunfantes.
Somos mudo ante los discursistas triunfantes.
Somos idiota ante los astutos triunfantes.
Somos cobarde ante los héroes triunfantes.
Somos desertor ante los enrolados triunfantes.
Estamos desplazado ante el mundo triunfante.
¿Es quizá también porque somos verídico y saludable ante los hijos de Dios triunfante?

El Mensaje Reencontrado XXXVII: 17